domingo, 22 de enero de 2017

Esto ya no soy yo (2014)

Mira a los dos lados antes de cruzar,
aun sin haber carretera,
y sonríe en otra boca,
pero nunca le duele el corazón,

ya no lo tiene.


Camina sobre cristal roto
y lo rompe,
y guiña en otros ojos,
pero nunca le duele el corazón,

se lo han quitado.


Huye de cosas
que más quisiera ella que le persiguieran,
y siente frío en otra piel,
pero nunca le duele el corazón,

ya no lo siente.


Y es que: boca, ojos y piel
de a la que ahora ve en el espejo
...

no los reconoce de ella.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Tareas domésticas.

Ha vuelto a llover sobre lo que he fregado esta mañana
y al abrir la ventana para ver si se iba el olor a miedo
has entrado sonriendo como quien besa, con los ojos abiertos,
todos mis esfuerzos por hacer la cama sin ti.

viernes, 2 de enero de 2015

Y menos mal.

... se pudo haber enamorado
a primera vista de mí
pero, justo ese día,
no llevaba las gafas...

... las que llevaba, creo,
eran las de ver
lo que a uno se le viene encima
y menos mal que ni me miró,
porque hubiese visto
el setenta y cinco porciento
de miedo que soy
en vez de agua
(por eso es que no lloro)...

... supongo que me habría
besado corriendo
como quien busca
matarme para salvarme,
como si se pudiese, digo...

... y todo se resume en que
hay algunas heridas
que son mucho más bonitas
justo, justo, cuando están a punto de cicatrizar...

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El laberinto.

Antes de entrar ya estaba perdida,
(porque el laberinto era yo)
y cuando llegué a la salida,
menos mal: no encontré a nadie.

Ahora vivo en la boca del lobo
con vistas a mi psicólogo los lunes
(ya sabes, la literatura del loco)
dejando a Kurelek pintarme por dentro.

martes, 9 de septiembre de 2014

Pero.

Llueve hacia arriba por debajo del paraguas
pero ya no nieva

sangre te recorre los nudillos
pero ya no duele

quieres que la soledad te devore
pero ya lo ha hecho

miras a los desconocidos a los ojos
pero a nadie más

una niñata llorona no te deja dormir
pero eres tú.

sábado, 12 de abril de 2014

La cosa ésa que a veces pasa en el estómago.

No es por juzgar por la portada,
te lo prometo,
pero no eres precisamente un libro abierto
y ya me apetece leerte;
quizá sean los ojos,
que si me preguntas "de qué color los prefieres",
seguramente responda,
como hizo González,
que sin dudar: grandes;
pero sin duda es 
la cosa esa que haces
cuando no estás haciendo nada.

jueves, 27 de marzo de 2014

Mejillas frías.

No recuerdo un invierno tan frío 
como en el que llevo estos dos últimos años
y es que puedo afirmar, siempre temblando,
que no queda ni un poquito de calor en mis huesos
desde que, casi con ilusión,
cayó el duro telón de diciembre sobre los nuestros.

Y te juro que a veces miro por la ventana,
casi ilusionada, pero no del todo,
esperando a que deje de llover
para salir corriendo lo más rápido que pueda
de un sitio en el que nunca he estado.

Correr hacia las cosas que,
aunque siempre haya querido ser,
nunca he conseguido,
para encontrarte al final de todos los caminos.

Pero es que nunca deja de nevar en aquellas mejillas 
que, olvidando a qué sabía el sol,
han muerto a falta de besos.